Esta novela, editada por Alfaguara en 1998 y reeditada por Babel Editorial en su décimo aniversario, transcurre en un pueblo de la pampa gringa cordobesa a mediados del siglo XX. En esencia, aunque el relato ofrezca una hábil pintura de una pequeña porción de esa herencia piamontesa que pervive aún hoy en la provincia, se puede decir que la novela hace foco en una casa, una familia, y en los tiempos muertos y silencios que ocupan ese mundo ínfimo, perverso y piadoso al mismo tiempo.
La historia se sitúa en el contexto inmediato a la irrupción del gobierno peronista en la vida política nacional. Por esa razón, desde los primeros pasajes ya se encuentran elementos que, como una veladura de tonos fuertes, sostienen la narración desde abajo, operando como un cimiento multiforme: la relación absolutamente desigual entre hombres y mujeres en el marco de las primeras participaciones femeninas en la vida electoral, o el resentimiento de los supuestos trabajadores verdaderos al momento de aceptar el aura que generaba la figura de Eva Perón. El tono de la novela, en ese sentido, parece un tono que sólo puede funcionar en los discursos que pululan a lo largo y a lo ancho de un pueblo. Desde este punto inicial, la coherencia entre el entorno elegido y la forma de narrar hace de la novela una propuesta concreta y sólida.