Ignacio Aldecoa solía decir que le gustaría que lo recordaran como un narrador de historias. El planteamiento de ésta es sencillo: a una aldea de pescadores de una isla perdida en el Atlántico llegan unos turistas americanos procedentes de un yate naufragado que alterarán, por poco tiempo pero dramáticamente, la vida cotidiana de los isleños. El narrador, un escritor sin nombre procedente de una ciudad desconocida, que no revela por qué está allí ni cuánto tiempo va a permanecer, registra en sus anotaciones la rutina diaria de los austeros pescadores sin apenas tomar parte en ella. Hasta que una tragedia pone fin al desenfreno de los turistas. Fluye bajo la historia uno de los grandes temas contemporáneos: el enfrentamiento entre el mundo tradicional y la sociedad moderna urbanizada. La última novela que escribió Aldecoa marcó una huella honda e imborrable en la narrativa española del siglo XX. Por su precisión narrativa, por la perfección de sus diálogos y por la belleza austera de sus descripciones, Parte de una historia es uno de esos libros que los críticos señalan como una obra maestra y que los lectores siguen disfrutando décadas después de su primera publicación.