En “Pan de limón con semillas de amapola” se narra la historia de dos hermanas mallorquinas que se reencuentran después de estar alejadas durante años. La mayor, Anna, lleva una vida acomodada, con un matrimonio sin amor y una hija adolescente muy distinta a ella. A Marina la enviaron, con catorce años, a estudiar a Estados Unidos y ahora vive en Etiopía, donde trabaja como médica en la ONG Médicos Sin Fronteras.
Cuando las hermanas reciben inesperadamente la herencia de una desconocida y pasan a ser propietarias de un viejo molino y una panadería en el pueblo de Valldemossa, Marina regresa por un tiempo a Mallorca. Intrigada por la misteriosa herencia, intentará saber algo más de la mujer que se la ha dejado.
Con este hilo argumental se desarrolla esta novela, que desgrana la vida de las dos hermanas, cómo se distanciaron, los conflictos familiares y la situación presente por la que pasa cada una de ellas.
En sincronía con el título del libro, al principio de cada capítulo encontramos una receta de distintas variedades de pan, alimento que tiene su importancia en la narración.
Es una lectura sencilla y ligera, abarca temas interesantes y dispares, aunque luego no profundiza en algún aspecto que me parece importante en la trama. Por otro lado, en mi opinión, hay algunos errores evidentes en la escritura y en la ambientación, además, incluye demasiados tópicos, los personajes son bastante planos, la historia es previsible y al final todo resulta excesivamente bonito y empalagoso para mi gusto. En fin, que no me ha entusiasmado y no la volvería a leer.
hace 2 años
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