La insólita metamorfosis de una bonita dependienta de perfumería es la peripecia a través de la cual Mary Darrieussecq compone esta fábula a un tiempo cándida y violenta, esta alegoría apenas futurista de la vida en cualquier gran ciudad europea, esta parodia sangrienta y desternillante del ansioso consumismo que a todos arrastra, este despiadado retrato robot de políticos lujuriosos, neonazis aburridos y presentadores de carroña televisiva.