Quizás porque, como señala Lupercio Leonardo de Argensola, "los libros han ganado más batallas que las guerras", porque, parafraseando a Ricardo León, los libros hacen pensar y el pensamiento nos hace libres o porque "las guerras empiezan por las palabras", como afirma el escritor de la obra que reseño hoy, la quema de libros ha sido un acto recurrente a lo largo de la Historia. Tal vez por esto mismo, Manuel Rivas trueca Los libros arden mal en un homenaje a todos los libros quemados, destruidos, convirtiendo la quema de libros que se realizó en la Dársena y la plaza de María Pita de A Coruña el 19 de agosto de 1936 (tras el Golpe de Estado contra el Gobierno de la Segunda República y el mismo día que asesinaron a Federico García Lorca) en el eje central de la novela. Es difícil de creer que una trama en la que se cuentan las atrocidades que se llevaron a cabo durante y después de la Guerra Civil pueda resultar bonita. Pero..., es que éstas quedan en segundo plano cuando te contagias del optimismo, la vitalidad y la lucha por la supervivencia de los afectados. Y en tercero cuando te centras en el valor que le da a las palabras, a los libros y a las bibliotecas, cosas que no todo el mundo sabe valorar o apreciar, por lo que es muy de agradecer que alguien ponga en relieve lo que los libros y las bibliotecas suponen para la sociedad. Reseña completa en: http://estandocallada.blogspot.com.es/2016/09/libros-arden-mal-resena.html
hace 8 años