La estructura de este libro inclasificable ayuda a su lectura. Capítulos cortos, breves, concisos que agilizan la lectura. La narración transcurre por las descripciones que Marcó Polo le hace al Kublai Khan sobre las ciudades que salpican su Imperio. Pero esa descripción es filosófica, de sus habitantes, de sus deseos y sus sueños. Hay reflexiones maravillosas sobre la senectud, el deseo y la vida de esos habitantes muy impactantes pero, sinceramente, no me ha enganchado. No es una lectura que apasione bajo mi punto de vista. Muy bien escrito pero no cohesionado. Quizás el secreto es beberlo pausadanente alternándolo con otro libro.
hace 2 años