Si bien el nombre no le hace justicia y puede llevar a error pues no toca nada de la temática japonesa ni la de los samuráis, una vez que lees la historia entiendes a la perfección el título. Encaja totalmente. Se desarrollan varias historias paralelas a lo largo del libro, entre 1941 y el golpe de Estado de 1981, y los escenarios son Extemadura, Barcelona y la Europa de la posguerra. Básicamente son dos mujeres las que llevan el peso del argumento, Isabel Mola y María Bengoechea. El asesinato de la primera en los años 40 y los muchos frentes a los que debe enfrentarse la segunda, posteriormente, en los años 80. Y una familia, la familia Alcaraz, que pagará las consecuencias tanto de unos como de otros, tanto en los años de la posguerra como cuarenta años después. A priori, puede parecer que ninguna de las historias tiene nada que ver con la otra, pero nada es lo que parece. Es jodidamente sorprendente y te obliga a estar metid@ de lleno en la historia para no perder ripio. En este caso, hay un amplio abanico de personajes, cada cual con su historia. Todos, absolutamente todos, son importantes para el desenlace de la historia y ninguno es prescindible. La familia Mola (Guillermo, Isabel, Fernando, Andrés), María y Gabriel Bengoechea, Publio, Ramoneda, la familia Alcalá, Lorenzo, Pedro Recasens… La moraleja de esta novela, los avatares y circunstancias por las que atraviesan sus personajes, es que: La vida duele.
hace 9 años