Enrique, Andrés, Alicia y Ana María, vértices del cuadrilátero en que se apoya la acción de esta novela, nos presentan su miseria o su grandeza, sus dilemas, sus ambiciones, sus sueños, tan semejantes a los nuestros que el lector se sentirá arrastrado por la corriente de sus aconteceres, creyéndose testigo, o protagonista, incluso, de lo que no es más que una ficción.