Cuando vas a leer una novela de escritores japoneses lo primero que esperas es un buen drama, lleno de amor, sentimientos puros y nostálgicos, magia, anhelos, tristeza o armonía...no humor, ya sea absurdo o no, pero no como en este caso, extraño y sin sentido. En esta historia la protagonista es una mujer obsesionada con otra: la vigila, la sigue allá donde vaya, observa sus pasos, su vida, con quien se relaciona, donde trabaja y a qué sitios va cuando sale de casa...etc aún siendo una mujer sin personalidad, extraña, vacía y sin ninguna vida interesante ni nada peculiar que aportar, sino todo lo contrario, porque la mujer de la falda violeta o el capricho de la protagonista, es una mujer solitaria, de las que le es difícil integrarse en la sociedad. Es una historia rápida que no profundiza, casi diría que es como un relato de esos que te deja indiferente porque no le ves sentido alguno, entretiene pero estás deseando terminarlo, porque son personajes desconcertantes y la historia no se sostiene demasiado, no es sólida ni te deja huella. En mi opinión es un bache entre la buena literatura japonesa, sobre todo porque no parece tal, sino que la introduciría entre la literatura de humor fácil, pero todo aquel que sienta que la literatura convencional japonesa le aburre y necesita una historia menos densa y más ligera, este libro le gustará.
hace 3 años