Es tiempo de crisis en el Departamento de Inspectores de Ascensores de la metrópoli, y Lila Mae Watson, la primera inspectora negra en toda la historia del departamento, se encuentra en el ojo del huracán, pues hay dos bandos opuestos y enfrentados: los empiristas, que revisan los mecanismos siguiendo el manual, y los intuicionistas, que solo con entrar en la caja del ascensor pueden intuir sus defectos de funcionamiento. Lila Mae pertenece a este segundo grupo y, además, tiene el mejor índice de precisión de todo el departamento. Pero cae el ascensor de un rascacielos nuevo que ella había revisado, y se desata el caos. Es año de elecciones, y nada más querrían los empiristas que poder echar la culpa a un intuicionista. Sin embargo, Lila Mae jamás se ha equivocado.