Ambientada en un Toledo medieval, el protaginista de esta historia es un personaje inolvidable: Juanelo. Un ser capaz de provocar pasiones y de conmover. Un gólem. Un hombre nuevo. El padre de este hombre fue el inventor más dotado de su tiempo, el más generoso, el más insensato. En su vejez emprendió su obra más genial y quizá la más diabólica, o la más divina. Construyó un efebo y le dió vida con su propia muerte. Ese hombre al principio es tierno y silencioso como una piedra, pero un día resucita a través de las palabras y conquista la voz. Sin embargo, sus desventuras no terminan entonces. Su existencia se sumerge en una serie de dramáticas peripecias para sentir como nadie la oscuridad cerebral.