La última obra de Leonardo Padura tiene una clara protagonista en forma de ciudad: La Habana. Si algo caracteriza las novelas de Padura — con su personaje más conocido al frente, Mario Conde — es la ambientación de las mismas en La Habana, la ciudad que le vio nacer y en la que sigue viviendo a día de hoy.
Esta obra ensayística se encuentra dividida en dos partes. La primera de ellas realiza un recorrido personal por la ciudad, salpicado por fragmentos de sus novelas desarrollados en cada uno de esos lugares. Muestra, de esta manera, el enorme influjo que su propia experiencia ha tenido en su narrativa. En esta primera parte, Padura nos acerca su trayectoria vital ligada a los cambios políticos, sociales y culturales de la ciudad. Así, podemos conocer La Habana desde su infancia en el barrio de Mantilla hasta nuestros días.
La segunda parte de “Ir a La Habana”, por su parte, es un compendio de reportajes sobre diferentes aspectos de la ciudad. Entre ellos destacan los acercamientos a diferentes zonas de la ciudad, como El Calvario, La Rampa o el Barrio Chino, entre otros. Especialmente interesante resulta la aproximación a la diáspora china en La Habana, y su evolución a lo largo de los años. Además, en esta segunda mitad de la obra, Padura se hace eco de personajes relevantes de la cultura cubana, como el célebre percusionista Chano Pozo.
“Este libro es el canto de amor a la ciudad en la que nací y vivo, escribo y padezco, el sitio del mundo al que pertenezco”, afirma Padura sobre La Habana. El tremendo apego hacia su querida ciudad está presente en cada una de las páginas del libro, esparcidas de recuerdos sobre béisbol, los cines de la ciudad o la música cubana, entre muchos otros. Padura se vale de una prosa especialmente evocadora para llegar al corazón del lector.
Esta excelente edición cuenta, por otro lado, con una selección de imágenes en color de La Habana realizadas por el fotógrafo Carlos T. Cairo. El Malecón, el Castillo de Averhoff o el Estadio Latinoamericano son mostrados a través de su objetivo. También retrata escenas cotidianas de la ciudad protagonizadas por personas anónimas.
Como sabemos, La Habana es pieza fundamental en sus novelas protagonizadas por Mario Conde. No obstante, por medio de este ensayo, el autor va un paso más allá y convierte la vibrante ciudad en protagonista absoluta de la obra. El propio Padura señala que una ciudad tiene diferentes capas, como una cebolla. De lo que no cabe duda, es que en “Ir a La Habana”, el escritor explora con mimo y dedicación cada una de ellas. (Ana Rayas, 22 de enero de 2025) hace 3 semanas