Una decepción y de las grandes. La novela es mala con ganas, en todos los sentidos. La historia no se sostiene, la investigación policíaca es tan débil que produce sonrojo, la caracterización de personajes resulta básica o inexistente, el tratamiento del universo chino ridículo... En fin, un despropósito. Pero lo que más me ha llamado la atención ha sido el pésimo nivel narrativo. Se diría que Padura, premio Príncipe de Asturias, no sabe escribir. Su narrativa deja mucho que desear, con demasiados párrafos que convierten la lectura en algo próximo a la tortura.
hace 7 años