Este libro (mi 8º libro) ha nacido de la inspiración afectiva hacia el Virreinato de La Nueva España, en el que actuaron gran cantidad de españoles y de “indios”, quienes tuvieron enfrentamientos múltiples, pero también contubernios para llegar al necesario mestizaje. El Hombre de Medellín fue, desde mi modesto, pero analítico punto de vista, de sobresaliente (8’5). Medía 1,64 metros de estatura. No es este volumen un libro biográfico al uso, a lo que soy muy proclive y defensor a ultranza, siempre, en mi devenir bibliográfico como historiador; sino un análisis, estimo humildemente que riguroso, sobre el hecho de la psiqué del genial extremeño metelinense. Está claro que también figuran sus hechos de armas, pero como aderezo a su rica y complicada personalidad, no exenta, como en todos los seres humanos que se precien, de aristas negativas. Esto es lo que como profesional de la historia y de la medicina, deseo escribir sobre Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano, salido de esa exuberante y admirable región de la Extremadura leonesa.