Víctor Gálvez tiene cincuenta y seis años, una mujer, dos hijas y un enemigo: Oscar Ortiz, un columnista que no cesa de injuriarle desde las páginas de La Vanguardia. Dueño de una importante productora de Barcelona, Gálvez vive en la zona alta de la ciudad. Es rico y millonario, pero el deseo de hacer la película de su vida, un filme que retrate sus años de joven idealista, rebelde y antifranquista, hará que los pilares sobre los que se asienta su frágil existencia comiencen a derrumbarse lentamente.