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EL ARRECIFE WHARTON, EDITH

Nota media 7,75 Muy bueno 8 votos 1 críticas

Resumen

El diplomático norteamericano George Darrow se dispone a reencontrarse con Amia Leath, la mujer que, catorce años antes, le abandonó para casarse con otro. Anna es ahora una rica viuda que vive en un idílico cháteau francés con su hija de nueve años y su joven hijastro, y Darrow espera ansioso recuperar la oportunidad perdida; pero en el último momento ella aplaza la cita. Desengañado, el diplomático tiene una breve aventura en París con una muchacha ilusionada y pobre que se enamora apasionadamente de él. Unos meses después, es invitado al cháteau de la viuda, que, después de todo, le ama y desea casarse con él; pero allí Darrow se encuentra con que la nueva niñera que tiene a toda la familia encandilada es precisamente la joven de su affaire en París. De la relación ardua y peligrosa de estos tres personajes, más la relevante figura del hijastro, surge un cuadro minucioso y tenso, lleno de turbias corrientes subterráneas, en torno a un ménage á quatre que a muchos ha recordado La copa dorada de Henry James, a quien, por cierto, le encantó la novela. El arrecife (1912) es una magnífica muestra del refinado talento de Edith Wharton para la disección de las más ocultas intimidades, siempre enfrentadas a los "criterios convencionales" y siempre bajo el juego de velos y sombras con que tratan de encubrirse "las duras lecciones de la experiencia".

1 críticas de los lectores

8

Es de esas novelas de corte clásico o de época en las que "pasa" pero nunca "pasa" nada. De ritmo más bien pausado, la narración entra de lleno en la torpeza de los convencionalismos sociales, los celos y los enredos amorosos. "El arrecife" es el escollo: el muro o la barrera que nos impide perdonar el desliz o la infidelidad, y que nos condena irremediablemente a la censura o al reproche. Corredores del alma, que se tambalean al menor soplo que trae la consabida violencia de la borrasca. Edith Wharton tenía mucho gusto y mucha delicadeza a la hora de escribir. Me quedo con una frase del libro que me ha gustado mucho y que se me ha quedado grabada: "La vida no es más que una continua reconstrucción de los pedazos de algo roto, demolido o quebrado". Para amantes de lo sencillo y lo refinado.

hace 6 años