Buena obra de Valle-Inclán con toques ya esperpénticos si bien en formato tragicomedia. Lo más destacado es el elenco de personajes y el ambiente de la Galicia de hace un siglo. Tened un diccionario a mano!
hace 6 añosEn el ámbito de su Galicia natal, poéticamente recreada a través de la alquimia del recuerdo, sitúa Valle-Inclán DIVINAS PALABRAS (1919). Escrita con plena libertad creadora, aunando una querencia medieval con las corrientes vanguardistas de la época, sobrepasa los límites del drama para ofrecer un texto de lectura imaginativa, sensorial y profunda. Una sucesión de retablos, protagonizados por seres marginados, en los que la avaricia y la lujuria desencadenan la trama: la pugna entre Marica del Reino y Mari-Gaila por la posesión de un enano lisiado que arrastran por ferias y romerías, y el adulterio de esta última con un farandul trashumante. Al final, un halo de piedad cruza la escena, que se cierra con las divinas palabras con las que el sacristán perdona a su mujer. El reconocido hispanista Gonzalo Sobejano desvela en su introducción las claves de una obra que califica de complejamente exclamativa, en la que la unión de lo trágico y lo cómico se resuelve en un diálogo a gritos, reflejo de la fórmula que el propio Valle-Inclán concretó para el teatro español.
Buena obra de Valle-Inclán con toques ya esperpénticos si bien en formato tragicomedia. Lo más destacado es el elenco de personajes y el ambiente de la Galicia de hace un siglo. Tened un diccionario a mano!
hace 6 añosObra de Teatro con algo de grotesco y trágico, con tema en torno al niño idiota (sic) el cual servía a su familia para lograr ganancia exhibiéndole en las fiestas de los pueblos, y el deshonrado sacristán. Llevada al cine por primera vez en 1950 por Ingmar Bergman y representada en 18 naciones, la convierten en una obra a nivel mundial. Diálogos y situaciones rápidos y breves. Muy buena, si bien ya no tiene ese impacto en la sociedad como pudo tenerlo hace ya casi cien años; ha cambiado mucho.
hace 9 añosA pesar de su apariencia de obra teatral, tiene mucho de novela, pero más ágil y de acción más intensa. Ya se pueden ver los personajes esperpénticos tan propios del autor, y ninguno de ellos destaca precisamente por su altura moral. Todos están interesados en satisfacer sus deseos y necesidades, bien económicas, bien sexuales, o ambas a la vez si es posible. Lo más destacable, sin duda, son los personajes, cada cual más despreciable que el anterior, pero fácilmente reconocibles todavía en estos tiempos.
hace 13 años