Conclusión de la trilogía, la cual se ha ido volviendo más negra y acerada según avanzaba. Desde las simpatías iniciales hacia el carlismo, ensalzándolo por encima del republicanismo estatal, las tornas han ido girando hacia las arbitrariedades de la guerra, que se dan en ambos bandos por igual, y lo dolorosas, sangrientas y faltas de sentido que resultan las contiendas, en las que todos son perdedores y nadie ganador. Destaca especialmente la figura del fiero Santa Cruz, lobo para sus propios compañeros, y más ansioso de destacar, de ser el único jefe y de hacer las cosas a su manera, que de colaborar con los demás y repartirse la gloria y las victorias.
hace 13 años