Resumen

Un descenso al infierno. El relato de cómo y por qué el amor y la pasión de una mujer por su pareja puede llevarse, literalmente, una vida por delante. Denise, huérfana desde la adolescencia, y André Lavoise, estudiante de filosofía con proyección académica y contactos entre los intelectuales de la época, se aman y se quieren casar, pero él necesita una prueba de amor. Y esa prueba es una vida, la de Claudine, de dos años y medio, la hija que Denise ha heredado de su anterior relación. La pequeña tendrá que desaparecer para probar que el vínculo entre hombre y mujer, entre enamorados, es indisoluble. André se lo pide a Denise y ésta escapa y reacciona como una leona a la que quieren arrebatarle sus cachorros... la primera vez. Luego comienza a acostumbrarse al pedido delirante porque cree que esa frase aumenta el placer del amante. Pero la petición va siendo cada vez más obsesiva y apremiante. Después de varios litigios, por fi n André abandona a Denise. Ésta enloquece de celos y desesperación. Al final se resigna y vuelve a ser feliz, está alegre, sólo tiene 18 años y toda la vida por delante. Piensa que ha sido una estúpida por haber soportado tanto vicio, tantos golpes. Ese día se pone a lavar la ropa en el jardín, llena de agua el recipiente y pone la lejía canturreando Lili Marleen. Claudine está jugando en el césped, a sus pies. De pronto, Denise la coge por los tobillos y la sumerge en la vasija. Cuando el cuerpo cesa sus espasmos, la deja caer sin vida al fondo. Mira las plantas y piensa que las rosas necesitan más agua, más agua. La hermana de Denise la encuentra desmayada en el suelo, y el agua de la manguera abierta. Ha sido un holocausto íntimo y personal encerrado en un cubo de lejía. La madre ahoga a su hija poseída por el arrebato de una pasión oscura y sectaria. Un crimen que Denise, a los pocos meses, confesará ante la policía. Corre el invierno de 1955 y Francia, de norte a sur, se frota los ojos y no puede evitar el estupor al conocer la noticia. En Blois, al suroeste de París, en el corazón del valle del Loira, el diablo se ha apoderado de Denise Laffont, que en otoño del año anterior, en octubre de 1954, según ha confesado en comisaria durante tres días, mató a su hija de dos años y medio y después la arrojó a las turbias aguas del canal Ille Rance. El drama acaparará las portadas de todos los diarios y revistas de la época.