«Cogí una chaqueta, una brújula y una bolsa de lona con lo imprescindible. Mis botas eran tan sólidas y nuevas que confiaba en ellas. Tomé el camino más directo a París, firmemente convencido de que si iba a verla a pie, ella seguiría con vida». En el invierno de 1974 el cineasta Werner Herzog emprende un viaje en solitario de Múnich a París donde lo espera Lotte Eisner, historiadora y crítica de cine. Un acto de amor que, según Herzog, serviría para mantener con vida a su gran amiga Lotte, gravemente enferma. Durante esta monumental odisea el cineasta documenta todo cuanto ve: bosques, tormentas, nieve, aldeas desiertas y pueblos deshabitados. El relato se compone de reflexiones sobre la fría y absoluta soledad, sobre el mito del viaje como peregrinación heroica y ofrece una continuidad con su obra cinematográfica haciéndonos testigos del origen de su proceso creativo.