Una España extravagante y excéntrica, folclórica y moderna a la vez, un país que ya no es de pandereta, fútbol y toros, pero que se sigue resistiendo, pese a todo, a entrar completamente en el llamado Primer Mundo. Así ven nuestro país los dieciocho corresponsales extranjeros autores de estas páginas, escritas desde la proximidad y el conocimiento de quienes, en muchos casos, se han quedado de por vida entre nosotros, convencidos de que, si España no existiera, habría que inventarla.