Una recapitulación y un recorrido nuevo de la autobiografía del autor y de la historia reciente de Japón: la omnipresencia del Hermano Gii, que inicia a un jovencísimo Kenzaburo en la poesía de Occidente y que acaba convirtiéndose en el Virgilio de esta nueva interpretación de La Divina Comedia ya que Dante es a esta novela lo que Homero al Ulises.