Una niña llega en 1947 a la costa siciliana en barco, procedente de Japón. Con ella están sus padres y sus hermanas. La joven familia busca refugio tras los sufrimientos de la guerra en Bagheria, cerca de Palermo, en la mansión solariega materna. Aquella niña descubrirá allí con particular intensidad sus orígenes, tan enraizados en aquel paisaje acunado por el sol ardiente, el mar y las playas, la agreste naturaleza. Muchos años después, ya adulta, Dacia Maraini regresa a Bagheria. Recorre y evoca los viejos escenarios, la maravillosa y temida Sicilia, y se abandona a la memoria. Retorna así su amor por la literatura, la historia y el arte; todo ello sin cejar en su defensa de la mujer y en su crítica comprometida a los abusos perpetrados en aquella tierra.