En 1868 publicaba Galdós su traducción de las Aventuras de Pickwick en el diario La Nación. Se había decidido a hacerla por considerar que Dickens era «el maestro de la novela inglesa»; y quizá Pickwick sea, a su vez, la obra maestra de un escritor excepcional. En ella se narran las aventuras de los miembros de un absurdo club, el Club Pickwick, que debe su nombre a Samuel Pickwick, filántropo-filósofo que prentende estudiar al ser humano. Para ello, junto con sus tres compañeros y su criado, Sam Weller, todos ellos extravagantes personajes, emprende diferentes viajes por Inglaterra, durante los que les sucederán un sinfín de disparatadas aventuras. Una historia disparatada y cómica, a la par que un gran fresco caricaturesco y una vivaz recreación de su tiempo; pero siempre con la mirada crítica, mordaz y, a la vez, tan actual del mejor Dickens.