Lino Montalbán malvive escribiendo reseñas literarias para el diario del que fue una estrella hasta que cayó en desgracia. Desalentado, solo y enfermo, el periodista conoce por casualidad a un viejo indigente que dice ser el hijo de Franco. Su descreimiento inicial da paso a la convicción de que está ante una historia cierta al oír de boca de aquel hombre multitud de detalles de la vida del dictador, a cuyo lado asegura haber permanecido muchos años.