Lo primero que llama la atención de “Retablo” de Marta Sanz es lo bonito que es. Se trata de un libro bellamente ilustrado por Fernando Vicente, de los que ves en una librería y decides adoptar para toda la vida. Lo segundo, la gran calidad del texto y la sorpresa que te llevas al terminar los dos relatos que lo componen. Como nos decían nuestros padres, las apariencias engañan… “Extraños en un tren (versión amarilla)” lo protagonizan dos ancianas que viven en el mismo bloque pero apenas tienen relación entre ellas. Matilde, viuda, comparte su soledad con su perro, Felipe IV; Ana María, también viuda, con su hijo, que tras divorciarse y perder su trabajo se ha ido a vivir con ella y, para su disgusto, no hace otra cosa que gastarse su dinero y pasarse el día jugando con la consola. Dos ancianas que despiertan ternura y empatía y que, amparadas por la congelación de las pensiones, la micro violencia y la xenofobia darán al lector la sorpresa de su vida. “Jaboncillos Dos de Mayo”, lo protagonizan un grupo de comerciantes del barrio de Malasaña que ven como los locales de sus vecinos van cerrando para que los hípsteres abran negocios tan irreverentes como tiendas de curiosidades o tiendas de jabones con aroma a flores de papel pinocho. Deciden sabotear las tiendas y declarar una guerra secreta contra los hípsteres. Pero, ¡ojo!, estos también saben defenderse. Tened cuidado si os ofrecen un cupcake. Parece un bonito detalle pero no es oro todo lo que reluce…
hace 5 años