Relatos de Jules Barbey D´Aurevilly, James M. Cain, Raymond Chandler, Wilkie Collins, Mary Wilkins Freeman, E.T.A. Hoffmann, Pierre Choderlos de Laclos, Matthew Lewis, Prosper Mérimée, Vladimir Nabokov, Antoine François Prévost, Ramón María del Valle-Inclán, Mika Waltari, Émile Zola, Stefan Zweig. Pinturas de Gilbert Baldry, François Boucher, Bradbury and Wilkinson, Howard Chandler Christy, J. Gordon Edwards, Frida Khalo, Gustav Klimt, Édouard Manet, Edvard Munch, Anselmo Miguel Nieto, José de Ribera, Julio Romero de Torres, Anthony Frederick Augustus Sandys, Paul Schrader, John William Waterhouse, James Whale. La mujer mortífera que cautiva y repele, que seduce porque da miedo y da miedo porque es libre hasta la amoralidad. Su principal destreza: destrozar la vida de un hombre. La mujer fatal es sexual, ambiciosa, vengativa, no quiere volver a un pasado sucio; es mentirosa o salvajemente sincera, materialista, los billetes verdes le tiñen las huellas dactilares y el color de los ojos; es ávida y golosa, pecadora, destructora del tabú; enferma de una vulnerabilidad que la convierte en un ser indestructible. Ese poder para transformar lo público desde la intimidad hace que muchos personajes femeninos memorables de la literatura sean, en mayor o menor grado, resbaladizas femmes fatales. «Me gustan los hombres y los peces... ¡Son tan tontos!». María Félix en el papel de doña Bárbara.