LA TIENDA DE FIGURAS DE PORCELANA

LA TIENDA DE FIGURAS DE PORCELANA SOLANO SALMERÓN, SALVA

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Nota media 7,50 Muy bueno 2 votos 1 críticas

Resumen

Cinco, nueve, once, diecinueve, treinta… En La tienda de figuras de porcelana los relatos están ordenados según la edad del personaje protagonista. Así, se alcanzan los cuarenta años en la mitad del libro y al final llega la senectud, aunque en este caso la muerte no consiga detener el curso de la narración. Un niño agita una bola de cristal para ver caer la nieve sobre la casita de su interior, sin saber que se encuentra habitada por alguien similar a él; el paseo solitario de un anciano es alterado a causa de un acontecimiento extraordinario, explicable únicamente por un principio de demencia… ¿o no? Estos son el primero y el «último» de los relatos de un libro que sacudirá al lector, haciéndolo pasar de la nostalgia al terror, de la hilaridad a la ternura, en virtud de una combinación perfecta de elementos de ficción e incluso fantásticos, con otros de una evidente carga autobiográfica. El resultado es una obra sumamente personal en la que, sin embargo, es sencillo reconocerse: solo hemos de caminar con atención entre los estantes en los que se alinean las estatuillas de esta tiend

1 Críticas de los lectores

7

El relato o cuento como género narrativo, si bien puede parecer más simple que la novela, presenta para el escritor la dificultar de cerrar un planteamiento o trama en pocas páginas sin dejar al lector la sensación de haber quedado a medias; de haber dedicado el tiempo a algo vacío. En los talleres de escritura se transmite que el cuento debe partir de una idea o concepto (unas veces del protagonista, otras del lector) que al ir avanzando la historia se transmuta dando la vuelta como un calcetín a esa idea original o punto de partida en que el protagonista o el lector creían hallarse. En “La tienda de figuras de porcelana”, a través de la presentación de un relato por cada fase de la vida de una persona (me queda la pregunta para el autor, y se la haré, de si ideó de antemano los relatos pensando en una edad, o si, por el contrario, puso edades determinadas a sus protagonistas una vez acabados relatos dispersos para encontrar la coherencia o el hilo conductor en el orden), Salva Solano, si bien desde un estilo personal común en todos, ofrece cuentos capaces de transmitir sensaciones muy distintas. “La tierra perdida en la infancia”, donde crea una identidad entre una familia de cuento (recuerda a “Hansel y Gretel”) y los muñecos de una bola de cristal con nieve dentro en que el niño real se imbuye hasta el punto de acabar el relato provocando un sobresalto en el lector al creer que lo que ocurre a la familia de juguete es lo que sucede a los personajes de carne y hueso. “Aicnegreme ed adilas”, mostrando la ilusión momentánea de un preadolescente con una chica mayor que él de la que cree haber sido objeto de atención y al final del relato deja un poso de amargura al ver como la ilusión del protagonista se desvanece. En “Locura contagiosa”, los que tenemos a “La conjura de los necios”, de Kennedy Toole como uno de nuestros libros de referencia, disfrutamos creyendo estar leyendo un capítulo inédito de la obra o una versión ibérica del mítico Ignatius, explotando así Solano una vena cómica que se muestra también en “Academia de íncubos” y “Testimonio de toquiano”. “Dulce en tu boca, amargo en tu vientre”, metáfora presentada en el ámbito laboral, de cuál es punto máximo en el las personas entendemos que, por dignidad, debemos seguir aguantando. “La línea circular” ofrece un paralelismo entre la línea 6 del metro de Madrid y las vidas encerradas en bucle rutinario de la que uno no sabe salir al no ser capaz de romper con el tedio. Relatos que sorprenden y sacuden al lector (si bien algunos como “Sólo viento” o “No nevaba nieve” caen en una introspección personal del protagonista que hace que a los lectores menos avezados, entre los que puede que a veces me encuentre, les cueste seguir o captar el argumento y la idea de fondo) y que también consiguen divertir con un humor ácido. Un consejo al lector para disfrutar más de los relatos: las citas que Solano pone al comienzo de cada cuento, véanse y analícense una vez acabado de leer, no antes. Así se capta mucho mejor la esencia de la historia. www.antoniocanogomez@wordpress.com

hace 2 años