Con esta impresionante novela, Ken Kensey rompió gran parte de las conciencias y de los valores del pueblo norteamericano. El libro es un tremendo retrato sobre los tiránicos y crueles sistemas empleados en un hospital psiquiátrico contra sus pacientes e internos. Una cruda llamada de alerta contra el maltrato físico y psicológico que sufrían estos pobres enfermos en la década de los 50, tras la sufrida y fracasada guerra de Corea. Un claro alegato de denuncia social, con chispazos "beatnik" y "underground", muy bien ambientado y desarrollado. Puede que algunas partes sean como densas marañas. Nieblas lechosas que a veces ocultan las puertas de salida, y otras el punto de partida de un penoso y errático laberinto; pero aún así me gustó mucho su estilo. Junto con "Los renglones torcidos de Dios" de Torcuato Luca de Tena, es el mejor relato que he leído sobre la tensa y triste vida de los enfermos mentales.
hace 9 años