Hiperrealista, poético, de una desbordante sensibilidad para lo infinitesimal, Raduan Nassar nos brinda en Una niña en camino una colección de cuentos que no se apartan en ningún momento de la senda de excelencia que lo caracteriza. En el relato que da título al libro, seguimos los pasos de una niña descalza por la zona rural y depauperada en la que vive, y vemos con sus ojos las cosas y los personajes con que se cruza en su periplo, como si ese paseo fuera una decantación del mundo, del universo entero, en su furor y su misterio, pero también el descarnado reflejo, el nauseabundo y picaresco retablo de una sociedad violenta y miserable. Por las páginas de los demás relatos de este volumen se pasean los fantasmas del deseo –y su ausencia–, del desamor, de la frustración, de la soledad, todos ellos temas recurrentes del autor, con los que compone virtuosas variaciones que encandilarán al lector.