Una novela muy bonita, en que el juego de la seducción está muy bien logrado en el acuerdo que establecen los personajes principales, que incluye solo un beso diario al que ella tiene el poder de colocarle fin cada vez. Tiene otros componentes que también la hacen muy atractiva, como los problemas de seguridad en la mina y las situaciones que se viven por esa causa. Pero lo que más me gustó fue el proceso de autoconocimiento de la protagonista durante el transcurso de la historia, quien, enfrentada toda su vida a una educación religiosa al ser hija de un pastor metodista, por fin logra entender y aceptar su propia esencia.
hace 9 años