Componen este volumen dos libros de relatos en los que Reinaldo Arenas, en un portentoso despliegue de registros, traza un retrato vivo y barroco de la Cuba que conoció: la colorista marea humana que trajo la Revolución («Comienza el desfile»); los ecos de tragedia griega presentes en «La Vieja Rosa» en que una campesina ve frustrarse las expectativas depositadas en sus hijos; la apocalíptica ensoñación de un solitario observador de estrellas («El reino de Alipio»); el enfrentamiento entre la libertad y el oscurantismo («Bestial entre las flores»); la lucha de un escritor por mantener la dignidad en medio del turbio exilio en Miami («La torre de cristal»); la feliz humorada de «El cometa Halley» en la que las hijas de Bernarda Alba, trasplantadas al Caribe, descubren las delicias del placer, o el emocionante monólogo de «Final de un cuento» donde un escritor muy parecido a Arenas desgrana un memorial de agravios, nostalgias y odios acerca de una tierra de la que salió huyendo.