Una novela autobiográfica que termina con el suicidio del autor debe leerse con el máximo respeto. La historia que narra Arenas confirma todas las sospechas que caen sobre un régimen totalitario que dura ya más de 50 años. La mayoría del pueblo cubano está muy harto de la brutal desesperanza en que los ha sumido el castrismo, en especial las personas de la cultura que han intentado mantenerse ajenos a los dictámenes de la dictadura. A esto debe añadirse la persecución de la homosexualidad y el clima "erotizante" que reinaba en la Isla con lo cual el relato se erige en un auténtico grito contra la opresión y a favor de la libertad
hace 3 años