Poppy Wyatt necesita un móvil urgentemente. Acaba de perder su anillo de compromiso y para ponerse en contacto con la persona que lo encuentre, tiene que facilitar un número de contacto. A falta de pan, buenas son tortas, así que ve la oportunidad perfecta cuando encuentra en la papelera del hotel donde se encuentra, un teléfono... Hasta que recibe una llamada entrante y el interlocutor que está al otro lado de la línea es Sam Roxton, su propietario. A pesar de lo rocambolesca que es la situación, ambos llegan a un acuerdo para que Poppy conserve el móvil hasta que recupere su anillo y a cambio, tendrá que tener informado a Sam en todo momento de las llamadas y mensajes que reciba. A través de los correos, mensajes y conversaciones que mantendrán, Poppy entablará una buena amistad con Sam y gracias a él se dará cuenta de que tiene que cambiar muchas cosas en su vida. La novela, narrada en primera persona desde la perspectiva de Poppy, destaca por su gran sentido del humor. Hay que reconocer que muchas de las cosas que le ocurren a la protagonista son difíciles de creer y como suele pasar en todas las novelas de este subgénero, abusa de las casualidades para recrear pasajes en los que Sam y Poppy se verán envueltos en algún apuro. Otra de las cosas por las que destaca es la gran cantidad de notas a pie de página que encontramos en su interior. Resulta original, pero no muy práctico si lees la historia en digital, ya que tienes que estar toqueteando el libro electrónico de forma continua para acceder a las notas y saber lo que piensa Poppy. Es algo lenta al principio, pero en el instante en que la protagonista visita por primera vez la empresa de Sam y ambos tienen que trabajar codo con codo para averiguar el nombre de la persona que quiere hundir la carrera profesional de un buen amigo de Sam, la trama mejora muchísimo. El final es muy loco, creo que la autora ha querido cerrar la historia con un desenlace en consonancia con el carácter de Poppy pero, en mi opinión, este se le escapa un poco de las manos. Es una novela entretenida, que me ha hecho reír con algunas de las ocurrencias de Poppy y que lanza un mensaje a todos los lectores: cada persona es especial y tiene sus propias habilidades, por lo que tenemos que aprender a no sentirnos inferiores a nadie.
hace 1 año