Leí este libro hace tres años, lo leí porque alguien que quería mucho me lo recomendó. Entré en depresión.
Hace unos días, alguien que conozco terminó de leerlo y se enamoró de él, leí su mini reseña y me dio muchísima rabia.
Yo sufrí, sufrí, luego sufrí y sufrí más; sé que la vida puede ser así, sé que alguien puede sufrir como Jude sufrió. Porque estuve ahí, estuve en su lugar, hasta un poco más de la mitad del libro, solo pude identificarme con él. Un niño en un entorno peligroso y por completo irresponsable, un niño que no debió sufrir tanto, que debió ser cuidado por las personas que lo rodeaban; solo recibió dolor y más dolor. Mi problema no es lo poco creíble que puede ser la vida de Jude, te lo compro, la vida es tan injusta, el mundo es tan cruel, que puedo soportar e incluso estar de acuerdo con llevar al límite a un personaje. En realidad, mi problema fue que la escritora no lo hizo con esa intención, su intención nunca fue terminar con su protagonista para que todos seamos conscientes de lo podrido que está el mundo, su intención fue convertir su libro en un bestseller y demostrarnos lo podrida que está ella.
Hanya es una escritora talentosa. Siempre he visto el hilo conductor, literalmente, como un hilo. Hanya tenía un hilo fino de seda, tan difícil de manejar que en cualquier momento podía romperse, tan delgado, pero tan delgado que un solo error podría arruinar todo el cuidado que tuvo tratando de desarrollar la historia; hasta la última palabra, ese hilo siguió intacto, con el mismo grosor, ni siquiera por un momento estuvo a punto de romperse. Leer su libro es por completo gratificante, te emociona su estilo de escritura, un estilo como el de Virginia Woolf; ese con el que podrían contarte cómo prepararon su cartera antes de salir de casa y lo leerías sin sentir que sobra, pero eso, lejos de ser grato, es abusado hasta el cansancio, contando en varias ocasiones historias que no tienen un objetivo en la trama, solo para ocupar más páginas. Y así, como aprovecha su talento para meter lata, aprovecha la susceptibilidad de sus lectores con todos los temas que aborda. Se siente como si hubiese buscado en Google una lista de lo peor que le puede pasar a un niño y hubiese empezado su obra maestra con eso.
Al terminar el libro, quedé destrozada por completo. Si ya estaba teniendo un año bastante complicado, este libro solo terminó de hundirme. La pasé muy mal (aclaro que no echo la culpa al libro, si tienes problemas para continuar una lectura por lo lastimera que es, deberías abandonarla o, al menos pausarla), pero me encantó el libro, me hizo tan infeliz, que olvidé mis problemas, solo tenía tiempo para sentirme mal por Jude.
Leyendo la mini reseña de la persona que mencioné, recordé cómo me sentí después de unas semanas de terminar el libro, recordé lo manipulada que me sentí en el momento en que terminé de analizar el libro. Me repetí que fui muy autocompasiva por creer que la historia de Jude podía ayudarme a olvidar por qué me sentía tan mal últimamente y entonces comprendí por qué la escritora construyó una historia tan triste y cruel de principio a fin; solo quería vender tantos libros como pudiera. No la culpé, es su trabajo escribir y vender, culpé a todas las personas que lo recomendaban diciendo que es un gran libro y que definitivamente merece la pena, porque no merece la pena, no merece someterte a una tortura sin fin que no termina al cerrar el libro y devolverlo al estante, no termina ahí porque te acompaña en tus sueños y cuando parpadeas, culpé a todas las personas que felicitaron el genio de la escritora, cuando su único acierto fue elucubrar en contra de su protagonista hasta el punto de caricaturizarlo y hacer una sátira de él, que puedan explotar para venderlo como el libro más desgarrador del año.
El libro se queda corto, totalmente irónico con su tamaño, pero es así. De una historia que pudo ser mejor construida y unos personajes que tenían mucho que aportar si hubiesen estado mejor dibujados; solo quedó una historia mediocre que en la mayoría de capítulos advertía una mejora, pero que deja al lector esperando, porque nunca llega. Es un libro que no recomendaría y que la única razón por la que escribo en este momento sobre él, es porque veo que todavía tiene relevancia entre los adolescentes y jóvenes. No te pido que no lo leas, te pido que, si lo lees, lo leas con ojo crítico y eso sí, disfrutando de cada oración concretada por una escritora que hace que las letras trabajen para ella.
Calificación: 5/10 (Se queda a medias por maravillarnos con su manera de escribir).
hace 3 años
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