Bajo el implacable sol del verano siciliano, Ismael Grasa emprende viaje en Palermo recordando al dinamitado juez Falcone. Visita las catacumbas de la plaza Cappuccini, pasa una tarde en las carreras y toma el café y los helados exquisitos de la isla. Taormina, Acireale, Siracusa y Agrigento son otras ciudades principales en este itinerario, con el Etna humeando al fondo y siestas de puerta abierta. El Jónico y el Tirreno rompen aguas en las orillas de una Sicilia que, hacia el sur, abunda en villas y palacetes decadentes sobre los que flotan palabras, historias de aristócratas y personajes colosales: Goethe y Wagner, Garibaldi y Pirandello, además del clásico Lampedusa. Un viaje pausado y atento por una isla donde se siente el poder de la Mafia mientras en las prefecturas se discute por ver quién manda más. Un viaje tocado por la sugerente levedad de una prosa contenida y poseedora de todo un abanico de ecos y registros.