Este no es un libro de autoayuda. No pretende pregonar el secreto de la felicidad, ni enseñarnos a triunfar siguiendo un método novedoso. Su objetivo es el mismo que ensayaba Montaigne: algo tan simple como compartir aquello que consideramos bueno, esas pequeñas cosas que hacen la vida más digna de ser vivida, y que muchas veces nos callamos por miedo a hablar de más. Normas, consejos, reflexiones, citas y recuerdos se van hilando en un relato que oscila entre la filosofía y la pura humanidad, donde las lecturas de cada día marcan el camino para aclarar la vista ante la niebla de lo cotidiano. Un tratado de buenas maneras para el siglo XXI, que nos ayudará a convertirnos en mejores personas, el mejor regalo que le podemos hacer a la humanidad.