En julio de 1949 ingresa en un hospital de Roma un hombre aquejado de una afección hepática aguda. Lo han llevado allí unos monjes y se registra bajo el nombre de Reinhardt, que resulta ser falso. Lo visitan un obispo, un médico y una dama prusiana. El paciente acaba falleciendo y la dama prusiana envía una carta a la familia. El nombre verdadero del misterioso enfermo es Otto Wächter, y la carta de la dama prusiana llegará a la esposa, Charlotte, y después pasará a sus hijos. Es al menor de ellos, Horst, al que localiza Philippe Sands, y cuando lo visita en el castillo en el que vive casi recluido, este le dice que «no es verdad que mi padre muriera de una enfermedad».
¿Cuál es entonces la verdad? Y sobre todo: ¿quién era el falso Reinhardt llamado en realidad Otto Wächter? Con un procedimiento de indagación similar al que utilizó en su anterior libro, el aplaudidísimo Calle Este-Oeste, Sands reconstruye la vida de este individuo que estudió derecho en Viena, se marchó de la ciudad rumbo a Berlín, regresó como jerarca nazi y destituyó de sus cargos a los profesores judíos que había tenido en la universidad. Fue después destinado a Cracovia, y allí su firma figura estampada en documentos que llevaron a la muerte a miles de personas, judías en su mayoría. ¿Y por qué acabó en Roma? Estaba allí de camino a Sudamérica, huyendo de incógnito, protegido por algún miembro del Vaticano...