La degradación del periodismo es el tema central en torno al que gravita la última novela de Umberto Eco. Aunque más que de degradación, habría que hablar de la grotesca podredumbre que rodea a esta labor, a la cual los protagonistas de esta novela se acercan de manera casi paródica. La realización de un periódico casi irreal, que ha de escribirse para el día siguiente de su fecha de salida, mezclando verdades y mentiras, entrelazando suposiciones, medias verdades, así como insinuaciones bien guiadas, que sirva para el chantaje, da pie a la novela. Se trata de un periódico casi virtual, hecho a base de números cero. El protagonista, Colonna, que narra en primera persona, se define como un cincuentón perdedor, quien arriba a un proyecto como este, sencillamente, porque no hay nada mejor. Y como él, desfila el resto de la redacción, incluyendo a Braggadocio, un exaltado conspiranoico que teje la urdimbre de una investigación que entremezcla a Mussolini, la red stay-behind, el grupo Gladio y la muerte del papa Luciani, hasta que el crimen hace acto de presencia. Las escasas 218 páginas en las que se recogen esta historia se leen con presteza y entretenimiento, a una velocidad desacostumbrada en otras novelas del mismo autor. No me ha parecido Número cero, de todos modos, lo mejor de Eco, a pesar del fenómeno de ventas que está siendo en este 2015. Sí es, con todo, una novela solvente que se devora con fruición, lo que ya es garantía de un buen rato. (Carlos Cruz, 27 de abril de 2015)
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