MENDIGOS Y ORGULLOSOS

MENDIGOS Y ORGULLOSOS COSSERY, ALBERT

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Nota media 8 Muy bueno 1 voto 1 críticas

Resumen

Esta novela, ambientada en una gran ciudad de Egipto en la primera mitad del siglo XX, tiene como punto de partida el asesinato de una jovencísima prostituta. Pero la consiguiente investigación policial no sigue los derroteros de la novela negra sino que se convierte en una exposición de filosofía práctica, mediante la cual Albert Cossery nos lleva de la mano a otro mundo —mental y geográfico— y nos sumerge en las andanzas de sus personajes habituales: putas, filósofos, mendigos, policías, traficantes… todos ellos pintorescos y ejemplares, y por lo tanto memorables.

1 Críticas de los lectores

En contra de la ideología reinante que liga el progreso y la dicha a la acumulación de bienes materiales, esta estupenda novela de Albert Cossery (1913-2008), publicada por Pepitas de calabaza, con traducción de Mauricio Wacquez, viene a ser un “Elogio del despojamiento”, tal que sus personajes buscan el retorno a una vida más primitiva, más sencilla, donde la ausencia de cualquier riqueza, implica que no haya nada que perder, ni por tanto, nada que padecer, al dejar cualquier afán y ambición fuera de campo. Así, Nur al Din, esbirro del poder, atormentado por una homosexualidad de la que no puede disfrutar y por el amor no correspondido por parte del joven Samir, ejemplifica ese camino hacia el despojamiento antes citado. En la investigación del asesinato de una joven prostituta, Nur al Din, comenzará a hacerse muchas preguntas, que permitirán su metamorfosis, ya que no se ve como una pieza más de ese sistema opresor y despiadado, que bajo el paraguas de la ley, permite a los hombres aniquilar a otros hombres. En su contacto con Gohar, mendigo local, y asesino circunstancial, quien a pesar de su inteligencia y dominio de la dialéctica, vive en una magnífica miseria, Nur al Din, reconoce en la casa de Gohar aquello que siempre ha anhelado, ese vacío, esa austeridad que conlleva la paz que ambiciona, esa calma que lo sustraiga de los afanes, ambiciones y pulsiones que convierten su vida vil y abyecta y su moral viscosa en un tormento, en un porvenir desdichado. Gohar, no posee un saber enciclopédico, más bien es dueño de la sabiduría de la calle, de la miseria, del ser humano, aquel saber que Saramago atribuía a su padre, de quien dijo que para él fue el hombre más sabio que conoció en toda su vida, aunque no sabía leer ni escribir. Cossery en su ataque constante al concepto que tenemos del poder, se sirve de un humor despiadado, presentando personajes estrambóticos, como el hombretronco que Gohar tiene por vecino, quien a pesar de estar menoscabado, ve como su mujer le monta cada dos por tres escenas de celos, porque lo quiere para ella solita en el catre, algo que a Nur al Din le impele también a replantearse muchas cosas, que tienen no tanto que ver con la dignidad de la vida, pues Cossery replicaría ¿digna de qué?, dado que para él, con estar sobre la faz de la tierra ya basta, sino con el orgullo, ese alimento del espíritu, que convierte el derrotismo y el victimismo en palabras vacías de contenido. El Gobierno, es una institución contra la que los mendigos y humillados no ambicionan luchar, porque para ellos es como si no existiera; ellos solo quieren que los dejen consumirse en paz en su miseria e indolencia, en esa especie de insumisión que supone para Gohar quedarse al margen, no querer formar parte de aquello que no le gusta, un posicionamiento moral tan sencillo como decir NO.

hace 8 años