Félix Albo es un mediterráneo contador de historias. Siempre anda por aquí y por allá con su voz y sus gestos contando lo que ha oído, le han contado o ha vivido. Puede que te lo cruces en tu camino y puedas disfrutar de ver cómo defiende que la vida es un regalo único, un baile, toda una fiesta. Le encanta imprimir ese carácter en sus historias, llenas de sarcasmo, ternura, humor y abismos emocionales donde se oyen los ecos de las risas y del alma. Desde hace algún tiempo escribe lo que cuenta para la gente que desea saborearlo más despacio. Aún así dice que sus historias son para leer en voz alta, para contarlas, para hacerlas vivas en el viento de otros oídos o en los propios. Sus historias, como la vida, son para disfrutarlas. Así lo hace él, pero claro, él es mediterráneo, argumenta. Quizá por eso mira de esa manera tan especial la vida. Quizá por eso mira también así la muerte.