Evidentemente, estamos frente a una novela que trata un tema fuerte, duro: la angustia existente en aquellos seres que saben que estan condenados a ser discriminados. La falta de libertad para sentir, para vivir de acuerdo a los sentimientos es puesta de manifiesto en estas paginas. En una atmósfera victoriana, los protagonistas de esta historia tienen la sensación que la naturalidad de sus sentimientos es algo enfermizo y peligroso, lo que los hace transitar por un estado de desesperación y desasosiego. El hecho de no haber elegido la sexualidad, de estar sometido a una atracción inmanejable desde el punto de vista del placer es tratado de forma muy correcta. Hay frases y momentos en que uno no puede dejar de sentir que durante miles de años se sometió a seres humanos a una situación lacrimógena e injusta. Sirve para que más de uno recapacite en los derechos individuales de las personas.