Es un libro cruel. La narrativa de Richard Parra consigue lo que pretende: un libro duro pero agradable. Es leerlo y tener la sensación de estar interpretando todo como el autor quiere que lo interpretes. No se guarda nada para sí, y nos refleja una familia peruana de los años 80. Es una de las grandes novelas hispanoamericanas de los últimos años.
hace 8 años