Hay pocas nouvelles tan redondas como Los millones, que puedan disfrutarse en una —intensa— sesión y dejen ese regusto que obliga a paladear de nuevo, con la imaginación, las páginas que han terminado de cerrarse. Los millones es la historia de Mizhúyev, un millonario ruso que se encuentra de vacaciones en Yalta, entre jardines, fiestas, el mar, algunos amigos y una hermosa novia, Maria Serguéyevna. Pero Mizhúyev, que lo tiene todo, no es feliz, y el hastío ocupa la totalidad de su vida: sospecha que todos, para con él, condicionan su trato —y su amor o su estima— en su condición de millonario. Esto incluye su bellísima amante, que había arrebatado a un antiguo amigo. Tal sospecha, que se le clava en el ánimo sombrío, le impide disfrutar de todo, y al mismo tiempo aguijonean su autoestima: ¿no vale lo suficiente como para que se le aproximen a él? El trato despectivo de algún escritor —pues ellos han logrado su renombre en tanto a su valía— empeora la situación. Es el momento de replantearse todo, y es lo que Los millones nos ofrece: el hondo retrato de esta personalidad humana, mísera en su opulencia. Unas palabras sobre Artsybáshev: además de la compleja y meritoria fisiología que traza para con su personaje principal —y la de aquellos que le rodean—, tiene un estilo profundamente literario, que me recuerda a Tolstói, entendido como el mejor elogio del que soy capaz. Y tiene, además, una fatal crueldad que, para el lector de refinados gustos, se hace mordazmente deliciosa. (Carlos Cruz, 30 de marzo de 2015)
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