El padre de Rosa —la narradora—, que está gravemente enfermo, decide saldar una deuda con su pasado contando a su hija la dura experiencia de la guerra de Ifni (1957- 58), en la que fue teniente de infantería, y su relación con Pelargón, su asistente, que murió en una acción heroica sin alcanzar el reconocimiento oficial. Al cabo de unos pocos meses, tras fallecer el padre de Rosa, ella consigue reunirse con Rafita Jiménez, el mejor amigo de Pelargón, que aún vive, y descubre que su padre escribió una carta en la que dejó constancia del sacrificio y valor del joven.