“Los enanos” es una novela coral que se enmarca en el realismo social, en ella se refleja la realidad cotidiana de los huéspedes de una humilde pensión en Barcelona durante los años de la posguerra española. Además de los variopintos personajes, destaca la atmósfera de la “Pensión Eloísa”, sucia y descuidada, con ratas en el patio…, un lugar del que sus habitantes querrían escapar, pero cuyas difíciles vidas, y su lucha constante por salir de la miseria, se lo impiden. A pesar de sus anhelos y ambiciones, no es una historia de finales felices.
Narrada en tercera persona, en la novela se intercala una voz paralela en primera persona, la de María, una joven que cuida niños y que mientras escribe va recordando su vida pasada que, con algo de intriga, el lector descubre poco a poco. “He perdido. La vida, para mí, ha sido un juego al que se echan las únicas monedas y se pierden”.
Al principio me costó un poco situar a cada personaje, y en algún momento temí que fuese una lectura demasiado monótona, pero justo ha sido todo lo contrario. Además de bien escrita, con una prosa clara y precisa, frases cortas, diálogos y algunos fragmentos muy bellos, la autora hace un retrato realista de la época, que abarca una interesante variedad de situaciones y temas, como las dificultades de encontrar vivienda o el miedo a regresar a los pueblos natales y ser considerados unos fracasados, lo que la hace bastante amena. En mi opinión, una novela muy recomendable.
“¡Si al menos pudiera luchar! Si pudiéramos romper a mordiscos estas ataduras y así, libres, escapar hacia los caminos claros. Volver atrás en el tiempo. Huir, locamente, alegremente, de ese gigante que nos fuerza a ser lo que somos y nos obligar a andar por donde él quiere. Somos enanos rodeados de enanos, y los gigantes se esconden para reírse”.