Magnífico comienzo con una muy interesante ambientación en un monasterio burgalés medieval, pero que se convierte pronto en una novela policíaca absurda, donde nada es creíble: los monjes son unos asesinos psicópatas, se cargan al abad, al prior, a otros monjes, son unos sádicos torturadores, pervertidos...en fin... El conde es un maltratador extremo que destroza a la condesa con violaciones y tremendas palizas, ofreciéndola a los soldados para que también la violen. Parece que el autor disfruta relatando con mucho detalle estas indeseables escenas que lo único que pretenden es buscar el morbo sensacionalista del momento en que vivimos, pero que en absoluto encaja en la Castilla del siglo XIII. El maniqueísmo campa a sus anchas, como siempre, los protagonistas son buenísimos, muy inteligentes y dotados de muchas virtudes; los malos son lo peor de lo peor, no hay por donde cogerlos. Eso sí, la obra engancha y es muy amena. Incluso si el autor prescindiera de todas las patochadas mencionadas, sería una buena novela, porque hay bastante literatura y buenas ideas en sus páginas. Una lástima.
hace 2 meses