Clara Belmonte sufre agorafobia desde el día en que le comunicaron la fatal noticia del fallecimiento de su padre. A pesar de su enfermedad y de la delicada situación económica en la que queda su familia, su pasión por la cocina y su habilidad para preparar platos exquisitos la llevan a encontrar trabajo en las cocinas del palacio de Castamar. Clara encuentra en esa casa buenos amigos que la ayudan a integrarse con el resto del personal y a sentirse a gusto, pero también tiene que lidiar con el carácter irascible de la gobernanta, la señora Úrsula, que parece sentir una inquina especial hacia ella. Por suerte, todos los intentos de la ama de llaves para que Clara pierda su empleo se ven truncados, en parte, gracias a Diego, el duque de Castamar, que queda tan prendado de los deliciosos platos que la joven prepara como de su carácter. Mientras que Clara hace las delicias de los habitantes de Castamar con su cocina, alguien cercano a Diego ha puesto en marcha un plan para destruirlo a él y al resto de su familia y conocidos. Al principio me ha costado sumergirme en la historia porque todo sucede a cámara muy lenta, pero una vez me he hecho con los nombres de los personajes, me ha resultado imposible despegarme de sus páginas. Esta novela de divide en cuatro partes y cincuenta capítulos. A pesar de su extensión, transcurre en un espacio de tiempo relativamente corto: entre octubre de 1720 y noviembre de 1722, aunque el autor traslada la acción al pasado en muchas ocasiones para narrarnos pasajes de la infancia de los personajes, principales y secundarios, que serán vitales para entender su comportamiento. En las reseñas se suele decir que se ha disfrutado mucho de su lectura pero en este caso veo necesario matizar mis palabras y explicaros que sobre todo, he disfrutado de sus personajes. Cada uno de ellos tiene su propia historia y sus propios conflictos internos. La mayoría de ellos no guarda recuerdos muy felices de su pasado y precisamente esos traumas que arrastran son los que los inducen a comportarse de una determinada manera y mientras que a unos les ha servido para endurecerlos y querer prosperar en la vida a base de esfuerzo y trabajo, a otros los acaba convirtiendo en verdaderos monstruos. Os he comentado que uno de los puntos fuertes de esta historia es la construcción de sus personajes, pero también se acompaña de una narración y ambientación perfecta que logran que "La cocinera de Castamar" sea una lectura maravillosa y en mi humilde opinión, muy recomendable.
hace 1 año