Cincuenta y cuatro marineros chinos amenazados de expulsión por negarse a salir de nuevo a la mar tras haber sido torpedeados, adujeron que eran canadienses por reencarnación. Dijeron que habían muerto en el Atlántico después de que su barco fuera torpedeado y se habían reencarnado en un barco canadiense que los recogió. Las autoridades canadienses no estuvieron de acuerdo con esta explicación y los chinos tuvieron que hacerse de nuevo a la mar...