“Muy grata sorpresa (…) De alguna manera, tiene algo de la mirada heterodoxa de algunos pintores, que situaban alejado del centro geométrico del lienzo al protagonista de sus relatos pictóricos” (J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia). “Un escritor que escribe a golpe de pasión, tormenta e impulso sísmico, cincelando y exprimiendo con la mayor honestidad el lenguaje y las imágenes para sacarles todo el partido y traducirlo en fuerza, en pura fuerza expresiva” (Ernesto Calabuig). “Miguel Ángel Zapata es un funambulista de lo onírico, un titiritero de lo insólito, un taxidermista inverso capaz de animar lo inanimado; es el descendiente natural de Ramón Gómez de la Serna” (Angel Olgoso). “Literatura de primera calidad, rebosante de imaginación y ensoñaciones y una fuerte hipertextualidad (...) Sorprende “su capacidad para cambiar los enfoques preestablecidos para ofrecernos puntos de vista poco habituales” (Daniel Sánchez Bonet). “Miguel Ángel Zapata es un malabarista y un ingeniero y un mago. Por momentos, recuerda a Julio Cortázar; por momentos, a Quim Monzó; por momentos, a Ángel Olgoso” (Rubén Castillo). “Una de las características más destacadas de Miguel Ángel Zapata es su imaginación narrativa: la ocurrencia fantástica, el humor irracional, la ensoñación… todo tiene cabida en su particular universo que aúna lo onírico, lo surrealista y lo sarcástico” (Solo de libros). “Muchos de sus textos son poemas que narran, aunque a mí más bien me parece que son como pinturas que narran. Son escenas en miniatura, surrealistas, oníricas, fantásticas, cómicas, esperpénticas, extravagantes, líricas, sí, construidas mediante la mezcla de objetos e ideas imposibles y que están cargadas, en su liviandad, de una constante reflexión sobre la condición humana, con la obsesión por la muerte al fondo” (Jesús Ortega, El País). “Si algo destaca en la literatura de Miguel A. Zapata es el estilo poderoso, el absoluto dominio del lenguaje, la capacidad para crear ambientes intranquilizantes” (Ignacio Sanz, La Tormenta en un vaso).
hace 10 años